Como os anuncié días atrás, mi relato «El sombrero de paja» ha sido publicado junto con otros de magníficos autores en la antología: «De locos y sombreros», en versión ebook de Amazon, por Christine Tale y Esther Mor, las chicas de @lecturas.a.full. Lo podéis conseguir en el siguiente enlace: De locos y sombreros Y muy pronto, estará a la venta en formato papel.
¡¡¡Yo ya he comprado mi ebook!!! ¿A qué esperáis para conseguir el vuestro? En cuanto salga en papel, ¡¡me haré con un ejemplar!! No os preocupéis porque os avisaré…
Como os expliqué, conocí a estas chicas por casualidad. en el Your Stories Market que se celebró en Les Cotxeres de Sants el día 22 de julio pasado. Y ¿a donde me ha llevado la casualidad o las ganas de curiosear entre los libros? ¡A publicar un relato, que en aquel instante, no estaba ni imaginado!
Este verano, por diferentes motivos personales, comenzó teñido por la ausencia de una persona muy importante en mi vida. Pensaba que mi carrera de escritora se frenaría. ¡Qué equivocada estaba! Los últimos meses, sentí que alguien desde el cielo me empujaba a escribir y a acudir, más que nunca a actos relacionados con la escritura. A pesar de las sofocantes olas de calor, mi creatividad no se ha derretido y mis escritos han dado pequeños pasos, con los que han subido algún peldaños.
He leído, algunos de los relatos de los autores con los que comparto las lujosas páginas de esta antología. Veréis que estoy rodeada de escritores de una gran calidad que han puesto un listón muy alto. Lo que me hace sentir orgullosa, que mi pequeño «El sombrero de paja» forme parte de un proyecto así.
Y me sumo a las palabras de Christine Tales y Esther Mor, @lecturas.a.full, en el prólogo: este es el principio de un nuevo camino, de un viaje lleno de nuevas aventuras…
Solo os adelanto, que mi relato, para los que me habéis leído, sigue mi linea romántica con los giros que me caracterizan y con los que tanto disfruto. Y, en este caso, confieso que yo misma me sorprendí con el resultado que obtuve.
En mi rutina diaria, suelo leer los libros en el trayecto del metro, siempre que el vagón no vaya muy lleno y me pueda sentar. Creo que, este otoño, aunque vaya de pie, como me sumerja en la lectura, tendré que estar al tanto de mi parada, porque me voy a pasar de largo más de una vez.
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